miércoles, noviembre 08, 2006
De obligación, pragmatismo y circunstancias


(...) porque la fortuna es femenina y, como mujer, la domina quien la obliga y no quien la respeta...


Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, cap. XXV.





La semana pasada cuando terminaba de leer El Príncipe para la facultad, me encontré con esta frase que me dejó pensando. Cuanta razón tiene Maquiavelo! Me impresiona como una persona puede poner en palabras tan crudas verdades tan universales. Sin embargo, cualquier mujer seguramente saltaría para oponerse por el temita ese de la dominación y el respeto. Pero acá hay que aclarar que don Niccoló perteneció a una época diferente de la actual, y por lo tanto s'expresa en términos usuales para su época. Y, aún, esto no significa que Machiavelli tuviera poco concepto de la mujer. No. Es imposible que él, como tantos grandes pensadores de la historia, siendo inteligentes como fueron, no tuvieran dos dedos de frente como para saber que la mujer es lo más importante en todo el mundo -- hasta el punto en que todo el universo masculino gira alrededor de ellas, por algo es.

Cuando Maquiavelo dice obligarla no está de ninguna manera queriendo decir forzarla, no. Quiere decir que el hombre debe poner a la mujer en la obligación de tomar una decisión, y que el que no lo hace y la "respeta", no obtiene nada, no la "domina" -- que tampoco quiere decir dominar en el sentido "bélico" de la palabra. Es cuestión de gramática coyuntural. De otras épocas. Es, en algún sentido, hipocresía, pero dada por las circunstancias.

Thomas Hobbes fue, en su época, reconocido como un ateo por los círculos ilustrados contemporáneos (a él), hasta el punto que la iglesia prohibió su obra Leviatán justamente por esta razón. Sin embargo, debido a esta gramática coyuntural, y a la necesidad de adaptarse a las circunstancias, lo que él escribe en su libro dista mucho del ateismo. Dice, en un párrafo (no textual):
Sólo los necios pueden negar la existencia de dios

Por qué un ateo puede llegar a escribir esto? Porque no puede hacer otra cosa en esa época. Y porque Hobbes tenía una ideología política determinada que lo llevaba a decir esto: para él, ideólogo del despotismo ilustrado, el soberano es absoluto e incuestionable, y por ende, la religión del soberano debe ser la religión del estado y sus súbditos. Así, si el soberano decide cambiar de religión, todos sus súbditos deben hacer lo mismo. Hobbes era sobre todo, pragmático.

Pragmatismo que le faltó a Thomas More (Tomás Moro), autor de Utopía, alto funcionario de Inglaterra y amigo personal de Enrique VIII. Moro, en medio de la reforma anglicana en su país, se mantuvo fervientemente católico, rechazando la nueva religión instaurada por su rey. Y, por esta falta de pragmatismo, puso a Enrique - su amigo - en la situación de tener que ajusticiarlo por esto. Es decir, Tomás Moro obligó a Enrique a ejecutarlo. Lo cual de ninguna manera significa que lo forzó a la pena capital, sino que puso a Enrique en la obligación de decidir que hacer con él. Y Enrique, como era de esperarse, la decisión que tomó fue la de ajusticiarlo.

Y con esto volvemos al principio. La concepción cíclica del mundo, que le dicen. Qu'en definitiva el mundo es redondo y siempre se vuelve al punto de partida.

No hay que tenerle miedo a las palabras, sino a las circunstancias.

Etiquetas:

 
suspiro exagerado de Juansolo como a las 07:01 | Permalink |


1 Comentarios:


A las 11:36, a Blogger YHVH le chifló el moño.

love is the law, love under will
I AM PAM
PAM PAM PAM!
dijo crowley...y creo que tiene razon