- Los colectiveros. No se si será porque la mayoría de los colectivos acá tienen el motor adelante, porque los colectiveros en general no saben manejar, o porque simplemente son unos sádicos hijos de mil puta, lo cierto es que cada vez que me subo a un colectivo pasa lo mismo. Me subo. Cuando encaro la máquina para ponerle las monedas, el colectivo arranca a mil por hora, impulsándomè hacia atrás con mucha fuerza. Cuando, finalmente, agarrándomè del barral y haciendo fuerza con el cuerpo hacia delante pude vencer la inercia hacia atrás y estoy estabilizado, el colectivero del orto frena de repente y me manda hacia delante para estrolarme contra los fierros de la entrada o contra otras personas. En medio de todo eso, pude poner la moneda en la máquina, llevarme mi boleto, e correrme hacia el interior, putiando con todo mi ser al colectivero, sus parientes, al diseñador del colectivo y sus parientes. Y a otros parientes de otras personas, ya que estamos.
- Los/las mozos/as. Si hay algo que me altera los nervios de Rosario es la pachorra de los mozos y las mozas (les mozes?) para atender. Podés quedarte horas entre que entrás a un bar para 'un cafecito/coquita/pollito al horno con papas rapidito y sigo' y salís, apurado y putiando a todo el mundo porque se te hizo tarde. Siempre lo mismo: me siento a la mesa y me pongo a leer el diario. A las dos páginas empiezo a mirar alrededor porque estoy ansioso que todavía no me tomaron el pedido; la moza está dando vueltas por algún lado pero no me ve. Cuando se acerca la moza, la miro con alegría ('al fin me va a tomar el pedido!')... no. Tiene que tomar dos pedidos antes, de gente que llegó antes que yo. Me sube la bronca y pienso la primera putiadita. Finalmente, al rato, me toma el pedido. Ya está? terminó la odisea? no. Ahora tenés que esperar un rato largo más hasta que te traen el café con leche (y ni te cuento si pediste un carlitos!). Al final, siempre termino apurándomè, por lo que las medialunas se terminan atragantadas...
- El cosito de la pizza. Pero lo que más me molesta, hasta el punto de irme a dormir embroncado, es que en la gran mayoría de las pizzerías el 'trípode plástico en forma de mesita' lo ponen al revés. No se por qué, pero lo ponen con el circulito de plástico para abajo y las patitas para arriba, por lo cual el coso pierde completamente su función: si apoyás algo pesado arriba, las patitas se abren y la tapa dela caja se enchastra toda en la muzza. Y lo peor de todo es sacar el circulito de plástico dentre la muzzarela... Realmente no entiendo por qué es así. Si alguien me puede explicar por qué, se lo agradezco. Pero no tiene lógica, si es mucho más lógico poner las patitas en el queso y que la mesita sostenga el cartón, y no al revés... Si alguna vez me vuelvo loco por algo, seguramente será por esto.
En fin. Tres cositas nomás. O sea: no extraño Buenos Aires, prefiero Rosario toooooda la vida.
Etiquetas: Reflexiones
número uno: coincido
número dos: coincido
número tres: coincido
Acoto: los rosarinos no sabemos conducir, por lo tanto si vas a capital, lo más probable es que te pasen por encima con su auto.
Ahora: tengo una queja.
Cuando aquí en un bar pedís: "un cortado cargado por favor" te entienden.
Estuve, como ya sabés, en Bs.As. el finde y tuve que explicar las tres veces que pedí lo que quería de tres formas distintas para que al final, me traigan un cortado liviano. A saber:
cortado apenas
cortado cargado
cortado con poca leche..
uffffffffffff.. tan difícil es entenderlo???