Me desnudabas con la mirada. Just one glance and you knew what I felt, right there, in that instant moment. Me ponías nervioso y feliz. Nervioso por que? Porque me sentía invadido. Y lo de feliz? Porque me sentía invadido por vos. Tus ojos, espectros malvados que se reían regodeándosé en el súbito descubrimiento de mis secretos más escondidos,me miraban y me decían: "ya lo sé". Y cuando te dabas cuenta, Mariela, que yo quedaba así, desnudo, ante tu mente abierta, tu sonrisa real, la de labios, se dibujaba para que la devore con mis ojos, con mi mente, con mi entrepierna también. Nunca sabrás (o si, ya lo sabés, lo supiste siempre) cómo me dio pavor esa primera vez, charlando en ronda, en que me lo hiciste saber, con una simple frase que para todos pasó sin pena ni gloria. Salvo para mí, porque supe que me estabas diciendo que hacías uso de tus poderes. Recordarás que me quedé mirándoté asombrado, mientras vos disfrutabas eso. Y así fueron muchas cosas,y nos hicimos muy compañeros, y rápido como vino se fue... Y ya te habrás olvidado de mí, ya careta y contadora, quizá en pareja seria, pensando en casa, autos, chicos, laburo (laburo serio, de guita). Es ahora que esto escribo que doy gracias que seguí adelante, sin llorar la pérdida, porque sabía que allá en el futuro había otra gente, otros amigos, otros amores, más importantes, que verían la vida a través de otro tamiz. Porque yo quiero una mujer que más le importe el agua del mate que el auto, la guita, la ropa y demás. Gracias, Mariela,por todo tu tiempo, aunque vos lo olvides, yo no reniego.

"...la felicidad tenía que ser otra cosa, algo más triste..." Cortázar, Rayuela.