martes, agosto 22, 2006
Al mostro hay que alimentarlo calladito que si no te morfa la mano

Le tengo respeto al mal humor. Todos tenemos derecho a ese vital sentimiento. Pero en general, la gente lo ningunea, "estás de mal humor? que se te pase" te dicen, como enojados. No hay respeto, al mal humor se lo reprime y... así vamos, directo al abismo. Porque reprimido, se va haciendo la bola, se acumula, y, mientras todos están dale que te dale forzándosè a divertirse para eliminar al pobre y sano mal humor, el mostruito sigue incubando detrás del hipotálamo, alimentándosè de la negación y esperando su momento de explotar...

Por mi parte, por mi respeto a tan noble sentimiento, cuando estoy de mal humor aviso, y me alejo un poco, a estar un rato solo, a exacerbarlo y disfrutarlo (por qué no, quien no disfrutó alguna vez de estar de mal humor, enojado, triste como nunca, y de otros sentimientos que el mainstream popular odia por politicamente incorrectos?). Y así, el mal humor se cansa de estar al mando, y al rato se va. Y no incuba, y el buen semblante que le sigue no es forzado sino saludablemente real.

Como verán hoy estoy de mal humor. Como para no estarlo, después de un feriado de mierda, aburrido como pocos, y encima hoy tuve que venir a laburar. Y no tengo ganas. Y después tengo que hacer un montón de cosas... y no tengo ganas. Quisiera irme ya mismo, comer algo rico por ahi, caminarme unas cuadras y volver a mi casa, dormir una horita de siesta, y... después me agarro tal embole que ahi si, se me va el mal humor y vuelvo a la vida, soy sociable de nuevo. Al mal humor hay que respetarlo, nomás. Te lo digo por experiencia.

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suspiro exagerado de Juansolo como a las 13:10 | Permalink |


1 Comentarios:


A las 20:06, a Blogger Jorge Mux le chifló el moño.

Gracias Juan, hoy tuve un día exactamente como el que describís, y mi fin de semana largo fue una cagada.
Tuve tanto mal humor que mi mujer casi me deja. Tengo tanto mal humor que ojalá me deje, para estar solo con mi mal humor.
Tengo que expresar el mal humor y encontrar hermanos en el mal humor.
Ah, y andate a la concha de tu hermana.